
El cuerpo de las iguanas es alargado, pero comprimido lateralmente. Tiene una cabeza larga y maciza recubierta de escamas grandes y lisas.
La piel de los lagartos es relativamente gruesa, con escamas externas. Las escamas sufren cambios periódicos durante la muda de piel (ecdisis), momento en el cual la piel vieja se pierde en forma de trozos. Una muda normal es signo de buena salud. La frecuencia de la muda varía de acuerdo con la especie, temperatura, humedad, nutrición y tasa de crecimiento. Individuos juveniles mudan cada 2 semanas.
Es muy importante mantener una humedad correcta para una buena muda. Uno puede darse cuenta de que la iguana está mudando, ya que la piel comienza a ponerse opaca, luego se van soltando trozos de piel muerta, los que van cayendo del cuerpo de la iguana y quedan en el suelo del terrario.
La muda en la iguana es distinta que, en las serpientes, puesto que estas mudan la piel completa, en cambio la iguana muda botando trozos de piel. Esta piel vieja debe retirarse al realizar la limpieza diaria del terrario.