Cuando llega a nuestro hogar un nuevo integrante de cuatro patas intentamos protegerlo y cuidarlo lo más que podamos, sin embargo, hay ciertas condiciones médicas que no podemos identificar las primeras semanas de vida de nuestro perrito, ese es el caso del enanismo, una enfermedad genética que no solo afecta a humanos.

 

El nombre oficial es acondroplasia (enanismo) y se caracteriza por la presencia de macrocefalia, hipoplasia facial y malformaciones vertebrales, lo que en su conjunto le da esa apariencia pequeña.

 

En la Acondroplasia canina, los huesos no crecen hasta el tamaño normal esperado para la raza en cuestión, se trata de una enfermedad genética ya que es causada por una mutación del gen receptor del factor de crecimiento de los fibroblastos.

 

Si estás por adoptar un cachorro, debes saber que el perro salchicha, Skye Terrier y el Corgi Galés son muy propensos a nacer con enanismo, así como las siguientes razas:

 

• Pastor alemán.
• Boston terrier.
• Pekinés.
• Shih- tzu.
• Lhasa Apso.
• Beagle.
• Cocker spaniels.
• Sharpei.
• Basset Hounds.
• Bulldog Inglés.
• Bulldog Francés.
• Terriers escocés.
• Jack Russell “Puddin”.

 

 

¿Cómo saber si tu perro tiene enanismo? Presta atención a los síntomas:

 

• Cabeza más grande de lo normal.
• Prognatismo (deformación de la mandíbula).
• Dientes torcidos.
• Los huesos de los miembros son mas cortos y gruesos de lo normal.
• Pobre crecimiento o falta de crecimiento.
• Miembros anteriores muy cortos y arqueados.
• Articulaciones agrandadas.
• Foramen magnum (orificio en el cráneo a través del cual pasa la médula espinal) es más estrecho de lo normal.

 

Adicionalmente debes saber que la acondroplasia frecuentemente se asocia a otras afecciones como sordera, paladar hendido, cardiopatias, convulsiones y una esperanza de vida anormalmente corta.

 

Si es el caso de tu mejor amigo peludo, dale mucho amor y recuerda que él o ella igual te querrá igual, ¡no lo abandones!